¡Hola!
Soy Mike Ivars en una nueva entrega, espero que os guste tanto como a mí hacerla.
Hasta ahora hemos hablado aquí de cómo será la IA en el futuro y cómo será la robótica, pero hoy quiero abordar el escenario en el que ambas tecnologías, combinadas con todas las demás, pueden llevarnos. Quizás la post-escasez es un concepto que ya le suene a alguno, pero para mucha gente, sé que ni ha oído hablar. Así que vamos a tratar de abordarlo y ver sus dimensiones.
Presente de la escasez
Aunque al ver el mundo ahora, dónde, aún mueren de hambre 890 millones de personas, de los 7.900 millones que somos en el planeta. Por decir solo un dato. Puede costar de imaginar un mundo diferente. Y que muchas veces la infoxicación de las noticias globales detalladas a la que estamos sometidos, nos presiona a diario y nos impide ser conscientes de la realidad. La verdad es que los datos nos dicen que la humanidad progresa, lenta, pero en la dirección adecuada.
Si entendemos el potencial que estas tecnologías nos pueden aportar. Podremos entender, que al igual como no ha dejado de ocurrir hasta ahora, que estas cifras de hambre en el mundo no dejan de bajar cada año. Podremos atisbar, que lo más probable es que esta tendencia continúe su curso. Con ello, no digo que nos sentemos a esperar que suceda, al contrario. Solo que hemos de entender que tecnología y progreso, seguirán ayudando cada vez más en la causa.
Futuro Post-escasez
Pero volviendo al concepto económico de “Post-scarcity”, que es como se le llama en inglés. Trata de dibujar una posible economía y sociedad, en la que los bienes y necesidades que podemos considerar ahora imprescindibles, dejan de ser escasos, y pasan a estar accesibles para todos, debido al propio progreso, optimización y reutilización de recursos, etc.
Y es que cuando los robots y la IA automaticen trabajos manuales e industriales a nivel avanzado, hoy en día costosos en tiempo y dinero, y totalmente dependientes aún del trabajo humano y sus limitaciones, como puede ser la generación de alimentos, agua potable, aseo y limpieza, salud, vestir, vivienda, mobiliario, viajes y transporte, etc. Nos acercaremos a un escenario en el que la preocupación no serán ya estos menesteres actuales.
Es decir, en este escenario, el trabajo no sería una necesidad. Porque al igual que hoy en día abrimos un grifo y nos llega agua potable, y no por ello estamos haciendo nada, especialmente a nivel físico para obtenerla, más que tocar el grifo. En su día, este simple hecho hoy, fue una quimera, inalcanzable más que en sueños. Y en este escenario, podremos tener cubiertas todas estas necesidades, de facto, sin tener que hacer nada en especial para ello.
En ese momento, las cosas probablemente serán muy distintas y hasta nos sea complicado imaginar desde nuestra posición actual, como sería, y cómo nos comportaríamos cada uno de nosotros, que nos traería. Porque como algunos os sonará, según la teoría de Maslow y su pirámide de las necesidades humanas. Una vez que una persona tiene cubiertas dichas necesidades fisiológicas básicas y de seguridad, opta por buscar otras como amistad, afecto, sexo, respecto, éxito, creatividad, etc. Aunque no hemos de perder de vista, que esta teoría, aún plausiblemente válida, es de los años 40, y no sé si seguirá siéndolo llegados a este punto.
Y es por esto, que desde diferentes estamentos, tanto de investigación sociológica, tanto como de administraciones nacionales de varios puntos del mundo, ya han iniciado programas pilotos de forma anónima, para adelantarse a dichos supuestos y poder entender que nos deparará el comportamiento humano, tan impredecible a veces y tan sorprendente en otras.
En concreto, han puesto en funcionamiento tests de lo que llaman la Renta Básica Universal. No confundir con el Ingreso Mínimo Vital, que ya existe en países como España, para dotar a las personas o familias más desfavorecidas, como ayuda dirigida a prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social. Ni con las prestaciones por desempleo, bajas por enfermedad o maternidad.
La Renta Básica Universal es una forma de sistema de seguridad social, en la que todos los ciudadanos o residentes de un país reciben regularmente una suma de dinero sin condiciones.
Esto que a algunos hará poner las manos en la cabeza y que a otros les sonará a gloria bendita, es algo más bien pensado para afrontar ese momento en el que el trabajo no sería necesario y, por tanto, no trabajaríamos por dinero, sino que el dinero sería obtenido por el mero hecho de existir, con el fin de poder seguir haciendo funcionar la economía. Como digo, si profundizáis en ello, podréis ver tantos detractores como defensores, con sus razones bastante aceptables, pero me temo que, si no es esta solución, alguna habrá que adoptarse para el cambio que viene.
Pero también me interesa mucho entender, qué haremos cada uno de nosotros llegado el momento. Si optaremos por mirar al infinito, sin hacer nada, vagueando con una caipiriña en la mano desde una hamaca en una playa. O si optaremos por culturizarnos por ocio y leer, aprender y hacer carreras que actualmente no son elegidas por no tener salida. Nos dedicaremos al bricolaje o las artes. Tal vez, podríamos dedicarle todo el tiempo del mundo a los amigos, pareja y a la familia. Si el ocio y los viajes serán el pilar fundamental de nuestras vidas en vez del trabajo, y viviremos todo el tiempo en metaversos fantasioso e increíbles, o si seguirá habiendo clases sociales como las conocemos ahora, si la economía seguirá igual o si existirá siquiera.
Desde luego, las motivaciones cambiarían, y con ello todo el sistema de valores, el esfuerzo no sería quizás tan valorado en general, ni los objetivos parecerían primar. Pero eso creo que podría llevarnos a una sociedad cada vez más involucionada. O quizás al contrario, seríamos cada vez más inteligentes, por tener mucho más tiempo para aprender y superarnos, apoyados y potenciados por la tecnología, yendo más allá de los límites que hoy día podamos ni tan siquiera ni imaginar. ¿Quién sabe?
Quizás la sociedad se divida en dos bloques, en vez de progresistas y conservadores, se separen entre los que aspiran a crecer como persona en todos los sentidos, y a querer hacer siempre más, y los que solo prioricen disfrutar la vida de la forma más fácil, al puro estilo griego de lo epicúreo.
Como veis, surgen más incógnitas que respuestas aún ahora, y no tengo la respuesta de lo que la sociedad hará, pero quizás podría anticipar lo que yo haría, en el supuesto de llegar. Tengo claro que aprender e incluso trabajar no por dinero, sino por pasión, por superación es algo que me llena, aparte de que esté remunerado o no. Y que en ese punto buscaría nuevas motivaciones para hacer lo que fuera, para seguir sintiéndome útil, en ver que aporto de algún modo o simplemente crezco como ser humano.
¿Y tú qué harías?